jueves, 3 de abril de 2008

Memorias de un combatiente

Quisimos rendir un homenaje a 26 años a través de esta columna, a los combatientes y defensores de la patria, me cuesta llamarlo Ex Combatiente de Malvinas, me suena como a alguien que cumplió su tarea y hoy esta …… quien sabe donde.
Juan José Caligaris (45), Sub-Comisario de la Policía del Chubut, casado, 2 hijos, con dudas de que me quisiera contar, revivir el dramático momento de su juventud, pero me dijo vení a la tarde, fui, ahí estaba en su despacho policial, a la espera de la hora indicada, para narrar su historia, lleva un cigarrillo a su boca, lo enciende, se recuesta en su sillón, mira al techo, tratando de ordenar cronológicamente sus recuerdos. Cuenta que estuvo armando el discurso que dará el 2 de abril cuando se realiza el acto central en la plazoleta local.
Comienza en febrero de 1982, soy incorporado como soldado conscripto en la ciudad de Trelew. Tenía 19 años, soy clase 62, me incorporé con la clase 63 porque tenía un año de prorroga. Fui trasladado al regimiento de infantería 25 de Sarmiento, ahí incorporé conocimientos administrativos mas, sumados a los que ya tenía que ocupan la compañía comando y servicios que tiene que ver con la logística de la unidad, que en es momento era la guarnición. Ahí estamos un tiempo adaptándonos al trabajo que teníamos que hacer en ese momento. Posteriormente somos instruidos en seguridad; en Sarmiento realizamos toda la instrucción militar, que fue bastante severa, muy intensiva, y esto posteriormente me entero leyendo los libros se tuvo que adelantar la toma de las Malvinas, la toma de las Malvinas estaba planeada para julio. Se tuvo que adelantar por los eventos que sucedieron en el atlántico sur y no hubo tiempo para preparación de personal, de soldados. Nosotros no sabíamos, no teníamos idea de nada. Ya una semana antes del dos de abril, estábamos todos en los cuarteles con el equipo de combate y dormíamos con la ropa puesta con la incertidumbre porque no sabíamos a donde íbamos, no podíamos estar en comunicación con nuestras familiares, todas las cartas eran interceptadas, hasta que el primero de abril somos trasladados , previo a eso se había formado una compañía C que era la compañía de tiradores especiales, se había formado con los mejores de cada compañía; ellos habían salido unos 20 días antes del desembarco porque estas eran las tropas que iban a acompañar a la infantería de marina.
El primero de abril nos suben a camiones sin destinos, no sabíamos a donde íbamos, nos trasladaron al aeropuerto de Comodoro Rivadavia, donde permanecimos hasta las cuatro de la mañana, en ese momento el encargado de la compañía se nos acerca cuando estábamos cargados en los camiones y nos dice: que si todo había salido bien, tropas Argentinas estaban desembarcado en Puerto Argentino y que cada tropa tenía una función específica y que la nuestra era ser transportados en los aviones y asegurar la pista de Puerto Argentino, lo cual hicimos.
Durante el trayecto hablábamos con los compañeros no sabíamos que hacer, que pasaba, si cuando aterrizáramos íbamos a estar bajo fuego enemigo o no. Charlábamos entre nosotros muy despacio, había un ambiente de intranquilidad en el grupo. Desconocíamos que íbamos a encontrar cuando llegáramos. Esa es parte de la incertidumbre que sentíamos. Cuando aterrizamos y salió todo bien, la gran alegría de pertenecer a la historia haber intervenido en la toma de las Islas.
Costó mucho, no a nosotros, sino a los que estaban desembarcando en ese momento porque simultáneamente que se conocían los combates en casa de gobierno, contra los efectivos británicos, nosotros aterrizábamos. Un grupo especializado tuvo que remover vehículos pesados, máquinas y demás de la pista de aterrizaje para despejarla, considerando que pudiera haber trampas explosivas. Cuando aterrizamos se efectuaron algunos combates, nosotros no intervenimos porque la función nuestra era la pista. Si teníamos que entrar en combate estábamos preparados. Ese día nos trasladamos a pie hasta unos pequeños galpones donde hay una estación meteorológica. Permanecimos varios días.
La actividad diaria era hacer guardia y pozos de zorro, si bien en ningún momento se pensó que se iba a iniciar un combate o los ingleses iban a intentar retomar las islas, era parte del trabajo psicológico de la ocupación, porque en es momento no estábamos haciendo nada. Estas comiendo y esperando. Cuando uno se mandaba una macana era manija tras manija.
Yo recuerdo fui uno de los primeros voluntarios esa noche haciendo guardia nocturna. Estuvimos acondicionando lugares, allí se produjo el gran movimiento de aviones, transporte de suministros de una sección que estaba organizada en unas caballerizas cerca de puerto Argentino, unos galpones con municiones. Se puso también una carpa camuflada en donde había municiones, en donde se cargaba y descargaba municiones todo el día.
Otra cosa que hacíamos era escribir, responder cartas a personas que nos escribían mucho. Una vez que se habían tomado las islas se restableció la comunicación con familiares, con la gente del continente. Tengo gracias a mi madre las cartas que enviaba desde la isla.
Cuando venia un oficial de otra fuerza aérea nosotros que conocíamos lo acompañábamos a otros lugares. Justamente me encontré con un oficial amigo de una familia vecina que vive frente de mi casa del pueblo donde yo nací.
Tomamos relación con Los Kelper´s, los primeros días de la avanzada se vieron prácticas aéreas argentina, una alegría saber que estaban ahí.
Siempre recuerdo el primero de mayo cuando se hicieron los combates aéreos el mismo desconocimiento y la falta de preparación, cerca de nuestra posición había una lanzadora de misiles Roland, el misil sale a cualquier lado a cualquier dirección hasta que encuentra la honda de calor del avión, desconocíamos totalmente esto, cuando salían los misiles ni sabíamos que era, no sabíamos si era misil que largaban los aviones o un misil que era nuestro.
La palabra incertidumbre teniendo en cuenta la edad que tenías existía en ese momento?...yo diría que un cierto. Un temor de no saber cual iba a ser nuestro destino, no sabíamos si se había declarado una guerra con chile, si había un problema interno donde teníamos que confrontar a propias tropas por algún, no te olvides que había un gobierno militar, entonces no sabíamos si había algún problema de seguridad interno, lo que menos pensábamos que podíamos llegar a las Malvinas.
En cuanto a los recuerdos es que tengo mucha dispersión en lo que se refiere a fechas, no puedo hacer una cronología, no llevaba ningún registro, ni calendario, para mi fue del 2 de abril hasta el 16 junio, que estuve prisionero y nada más….
Lo más cerca que estuve de un proyectil, fue una bomba de una fragata a ocho metros del pozo de zorro. Que para mi el pozo de zorro era lo más seguro, porque al no ser un blanco directo de las esquirlas, dentro de todo estas bastante cubierto. Una noche de bombardeo intenso, el jefe de nuestro grupo, que era un sargento ayudante dijo que fuéramos a Puerto Argentino, éramos seis en nuestro grupo y fueron cuatro con él; mi compañero Hugo Muguerza, un cordobés y yo que estábamos siempre juntos, nos quedábamos en los pozos porque sabíamos que a campo abierto éramos blanco fácil, por suerte no hubo que lamentar en ese momento caídos en nuestro grupo.
Producto de las explosiones, bombardeos, tuve una perdida auditiva muy importante en un oído que en ese momento era muy joven y no me di cuenta.
Todavía resuenan las ordenes…..tomar posición!!! Determinadas funciones, de las guardias, los gritos de….. Santo y seña!!!, era todo un riesgo, si no era el santo y seña tenias que disparar.
En un momento último de la campaña de la guerra, cuando estaba el bloqueo cuando no se podían vender elementes les pedían a los soldados que estaban en segunda y tercera línea los fusiles para los de primera línea, un par de compañeros lo hicieron, yo no. Eso te daba cierta seguridad.
Recuerdo los últimos tiempos con el bloqueo estar guardia en la noche y ver los fogonazos de la antiaérea de la fragata en el cielo, parecían relámpagos porquelos tapaban las nubes, y de repente escuchabas aterrizar el C130 y ya al despuntar el sol se iba en vuelo muy bajo siguiendo el accidente del terreno. Un pilotaje importante de los pilotos ya que mantener los aviones a esa altura es muy difícil, pero esa era la única forma que nos llegaban las cosas.
Se desencadena todo en San Carlos, cuando desembarcan los ingleses, pagaron un alto precio y nosotros también tuvimos nuestra bajas, ellos mismos reconocen que si nosotros hubiésemos tenido otra unidad ahí hubiese sido otro el resultado.
Nos prepararon el día 13 de junio para hacer el recambio en el frente y ya empezábamos a marchar cuando se replegaban las compañía que estaban en la primera línea y el jefe de la compañía nos dice que regresáramos, que nos replegáramos y después de unos minutos en Puerto argentino nos dicen que se había presentado la rendición ante las fuerzas británicas, en ese momento nos hacen hacer una fila muy grande camino al aeropuerto , en ese camino el personal británico os requisaba, nos quitaba las municiones y seguíamos camino al aeropuerto y ahí quedábamos como prisioneros. El trato como prisionero fue bueno. Luego nos embarcaron el 9 de julio.
Camine del aeropuerto hasta el puerto, más o menos unos cuatro kilómetros, quería traer un “souvenir” un sable bayoneta Ingles, yo calzo 44, lo guarde en la planta de los pies, así me camine hasta el puerto, cuando llegamos nos dijeron que si teníamos alguna pertenencia inglesa, nos quedaríamos en la isla, rápidamente me despoje de los elementos, y con el uniforme pelado pase. (Se ríe).
Viajamos en una bodega al continente, sin noción del tiempo, había contenedores, ingleses custodiándonos, dormíamos en el piso en unas colchonetas. Se produjeron algunos desmanes por la necesidad de racional, había soldados muy delgados. Para calmar el disturbio, le colocaron una ametralladora en la cabeza a uno de nuestros camaradas y le hicieron decir al traductor que nos tranquilizáramos, que ellos no tenían la obligación de traernos al continente, que si querían nos tiraban al mar.
Llegamos al Puerto de Madryn, nos embarcaron en colectivos, nos trasladaron al regimiento 8 de Comodoro Rivadavia por dos días reagrupándonos, nos realizaron exámenes médicos, racionamos, dormimos, nos cambiaron los uniformes. Luego nos llevaron al regimiento de Sarmiento donde permanecimos hasta el mes julio, donde se empezaron a dar las primeras bajas. El 15 de julio me reencontré con mi familia, fui acompañado por mi camarada Hugo Mugerza, ya que él era de Cordoba y no tenia los familiares acá. En Septiembre me trasladaron a Trelew y en febrero me fui del ejercito.
Finalmente, sus ojos se cargaron de un brillo de nostalgia, de recuerdo, encendió otro cigarro, miró el techo como al principio y reflexionó:
Lo que pensé siempre y lo supere con el tiempo, es que pregunto porque no caí con mis compañeros, que quería ir a combate y no fui, y que lo peor fue que los ingleses mismos decían que si hubiésemos soportado dos días más ellos se tenían que ir, es decir, estas en un lugar que mas allá que llores grites o patalees, no tenés a donde ir, es un hecho. Tenés que afrontar la situación en la que estas. Había unos pocos que extrañaban a sus familias. Yo creo que por algo estaba allí.
Hoy no volvería a las Islas Malvinas hasta que sean argentinas.

Caligaris recuerda con mucho afecto a Hugo Mugerza (Córdoba) Carlos Ceballos (Córdoba) Jarme (Gaiman)
Superiores Sub teniente Shirver buenos recuerdos,
Teniente coronel Mohamed Seineldin
Sub teniente reyes

La Anécdota
Después del 1º de mayo estábamos de patrulla en el perímetro del pueblo de Puerto Argentino cuando dan la alerta roja de que venía un avión , sobrevuela en vuelo bajo por donde estábamos nosotros, esa zona estaba cubierta toda con artillería antiaérea, mostrando los planos, nos tiramos al piso, pero no venia abriendo fuego y una ametralladora de infantería de marina le impacta toda la carga en la parte inferior del avión y lo derriba. Recuerdo que el muchacho que estaba sentado en la artillería se paró y grito: “manden más h…de p…” y resultó que era un avión Mirage nuestro que se había excedido en el tiempo de combate en el aire, por lo tanto se había quedado sin combustible para llegar al continente entonces iban a intentar un aterrizaje forzoso en Puerto Argentino y fueron derribados antes por su propia tropa. Eso es parte del desconocimiento y la falta de entrenamiento, ya que en ningún momento nos dijeron que los aviones nuestros tenían una franja amarilla a los costados y justamente el movimiento que hacía era para mostrar que era un avión argentino.

Nuestros héroes en Río Mayo, Juan José Caligaris, Omar Godoy, Sergio Cambi, Juan Carlos Bertona, Anacleto González, Omar González.
redaccion: prensa independiente.