Un colectivo con 40 pasajeros fue asaltado ayer por tres delincuentes fuertemente armados, en un dramático e insólito episodio que ocurrió cuando el micro estaba abandonando la ciudad y se dirigía haciendo el recorrido habitual, hacia los pueblos del valle cercanos a Trelew. El chofer del ómnibus estimó que los maleantes tenían entre 14 y 18 años. A él le pegaba uno de ellos exigiéndole más dinero, cuando ya se había alzado con la recaudación, mientras los otros mantenían amenazados a todo el pasaje y le sacaban la plata a unas abuelas.
El hecho, casi sin precedentes entre los sucedidos en los últimos años en la zona -sólo se recuerda uno que ocurrió hace ya bastante tiempo en el acceso a Trelew por la ruta provincial 7-, se produjo ayer después de las 19:30 luego que los delincuentes haciéndose pasar por unos pasajeros pararan y subieran al micro, el interno 042 de la empresa «28 de Julio», cuando ya había pasado por la intersección de las calles 26 de Noviembre y 25 de Mayo en el sudoeste de la ciudad.Los tres muchachos ascendieron al colectivo, abonaron sus boletos y se sentaron.
Cuando el micro había hecho un corto trayecto se levantaron, sacaron sus armas, apuntaron a todos los pasajeros, encañonaron al chofer e hicieron que lo detuviera.
Mientras uno de ellos mantenía intimidado con su arma al pasaje, en su gran mayoría integrado por mujeres mayores, en algún caso con dificultades para movilizarse, sus cómplices se dedicaban a Alberto Candia, el chofer del micro, al que castigaron pegándole con una pistola en la cabeza para que entregara más dinero, cuando ya se habían alzado con los cerca de 1.000 pesos que el conductor les debió entregar.«Me pegaron un culatazo en la cabeza, nada más. Pero es el momento, el susto que uno tiene que pasar ante un hecho así», comenzó Candia, diciéndole a EL CHUBUT mientras bajaba del micro para ir a declarar a la Comisaría Tercera.
¿Eran menores?, se le preguntó enseguida. «Sí. Dos de ellos seguro que eran menores.
¿Y cómo llegaron a subirse al colectivo? insistió EL CHUBUT. «Subieron como cualquier pasajero, sacaron boletos, y a la altura de donde ocurrió el hecho se levantaron, preguntaron si el servicio era el último por el Valle, les contesté que sí y se volvieron a levantar, y ahí sacaron los tres los revólveres», afirmó el chofer.
El colectivo «lo tomaron acá, cruzando la rotonda de la 26 de Noviembre y 25 de Mayo (frente al barrio Abel Amaya) y me llevaron parte de la recaudación, el celular, me dieron un culatazo en la cabeza cuando me pedían más plata y les dije que era todo lo que tenía», explicó después.
¿Y mientras esto ocurría uno de ellos tenía intimidado al pasaje? se le consultó nuevamente a Candia. «Apuntaban a la gente, nada más. Eso fue ni bien me hicieron parar, diciéndome que se iban a bajar. Fue ahí cuando sacaron los revólveres y cometieron el asalto», reiteró.
«Los tres estaban armados con una 9 (milímetros) y una 22, seguro. La otra, no llegué a ver bien qué era», añadió, calculando seguidamente que las edades de los maleantes oscilaban entre «14 y 18 años».«No hice bien la cuenta de lo que me llevaron; no es toda la recaudación, pero el colectivo iba lleno con 43 pasajeros. La mayoría personas mayores», aclaró Candia.
El intrépido suceso ocurrió frente al lugar donde está emplazado el barrio «Los Pensamientos». Hacia ese sector huyeron los tres sujetos, de los que algunos investigadores sospechan que podrían ser los mismos que asaltaron al fotógrafo Fabián Peñalba, en un hecho que pasó a comienzos de esta semana en Gaiman.
Las máximas autoridades de la Comisaría Tercera, dependencia que en las últimas horas tuvo dos asaltos a mano armada y una verdadera seguidilla de robos, quisieron ocultar lo sucedido con el colectivo de la empresa «28 de Julio», obedeciendo órdenes del jefe de la Unidad Regional de esta ciudad.
Publicado por Diario El Chubut, viernes 28 de noviembre de 2008.
