sábado, 19 de septiembre de 2009

Fiesta chilena

Un clásico, todos los años, el 18 de septiembre los chilenos festejan la independencia de su país. Lo hacen exponiendo su cultura. Danzas, comidas y bebidas típicas dan el cuadro necesario para una verdadera noche de celebración.
Por las cercanías limítrofes, Río Mayo también tiene sus representantes que con orgullo sacan a relucir sus dotes de bailarín, cocinero u otra actividad que los identifica con su tierra natal. Verdaderos expositores que esperan esta celebración para presentar en sociedad cualidades personales.
El lugar predilecto en nuestra localidad es el bar “ANA”. Allí, Ana Oyarzó su dueña, desde muy temprano, ayer viernes 18 se comenzaban a vivir los preparativos para la gran noche de festejo. Empanadas, chichas, ponche y otras exquisiteces en plena elaboración esperaban a los primeros agasajados.
Como no podía ser de otra manera, entrada la noche, uno a uno fueron llegando los parroquianos con ganas de emular al mejor huaso en el baile de la cueca. Revoleando pañuelo y contorneado las figuras los bailarines ganaron el aplauso de los mas tímidos que acodados en la barra esperaban su turno para la demostración de talento.

Se adelanto la primavera en el jardín maternal

Un despliegue de ingenio se vio en el desfile de disfraces que organizo el Jardín Maternal Municipal “Rayito de Sol” Nº 2413 para recibir la primavera.

Ante el asombro y la alegría del un colmado patio, los pequeñines con ayuda de sus padres se presentaron disfrazados de múltiples colores y motivos.
Los más de 50 niños que conforman la matricula escolar eligieron disfrazarse de princesas, hadas, príncipes, brujas, caballeros y todos los animalitos que aparecen durante la primavera. El salón adornado con flores, guirnaldas, móviles y mariposas dieron el escenario perfecto para recibir la estación mas colorida del calendario.
Al final de cada pasaje los participantes fueron recibiendo su merecido obsequio, para posteriormente elegir el rey y la reina de la primavera.
La jornada finalizó con una rica merienda compartida entre todos, en el cual los niños lucieron sus trajes y bailaron al compás de la música.

La fiesta entre otras sorpresas y alegrías, también tuvo obsequios para los padres de los alumnos presentes, un plantín de pensamiento, flor sagrada ligada a San Valentín y también el emblema cristiano de la Trinidad.