jueves, 16 de septiembre de 2010

Una historia más de la ruta 40

Ayer a la mañana, cuando desperté en el "Hotel Belgrano" de Perito Moreno, sentí como la funda que cubría la moto golpeaba con fuerza al flamear por el intenso viento: “Flap, flap, flap…” gemía, como queriéndose soltar de las amarras para volar sin ser un pájaro. Dice Luis un arquitecto que viaja en moto a Bolivia.

Pensé inmediatamente en los 100 kms de ripio que me esperaban en lo alto de la meseta patagónica donde el viento sopla aún con más fuerza (Perito Moreno está en un valle a bajo nivel de la meseta). Cien kilómetros que correspondían al trayecto total de 470 que pensaba realizar, y cuyo destino final era la bonita localidad de Esquel.

Me levanté algo preocupado, desayuné con disimulada tranquilidad, acomodé los petates sobre la moto, cargué los datos necesarios en el GPS y partí.

El viento soplaba con fuerza sobre las calles del pueblo. Eran ráfagas de 70 kms por hora “¡Ay…!, lo que me espera” pensé y continué con el disimulado optimismo hasta la estación de servicio.

“Siga hasta el final de esta calle, llegue a la rotonda, tome hacia la derecha por la ruta asfaltada que va a Las Heras y a 20 kms gire a la izquierda. Hará unos 40 Kms de asfalto y después comenzará el ripio hasta Río Mayo… serán unos 100 kms”

El camino de salida subía la meseta hasta llegar a su nivel de máxima altura donde el horizonte se ve interrumpido en sus 360° sólo por el azul del cielo. Era un día espectacular, con un sol pleno que encandilaba cuando lo tenía de frente (En ese momento eran las 10 de la mañana).

¿El viento…? ¡Já! Impresionante. Calculo que las ráfagas llegaban, en algunos momentos, a los 100 kms por hora. La moto viajaba en un ángulo de inclinación con respecto al suelo de unos 75°. Era la fuerza que debía ejercer para contrarrestar las ráfagas y evitar que me sacaran de la ruta.

“Si el ripio es suelto, esta fuerza al no tener adherencia en el terreno, desplazará la moto y esta caerá por derrape. Así que en estas condiciones no podré continuar la marcha y deberé regresar hasta que el viento calme”. Esas eran mis reflexiones.


...


De pronto, un cartel sobre el asfalto interrumpe mi ventosa marcha: “Desvío, camino de tierra”

Ingreso a él sin esperanza alguna … pero, ¡Oh, sorpresa! el desvío no era un camino de ripio sino de una especie de greda seca sin una sola piedra suelta, muy picado, poceado y con torpes huellones dejados por los camiones que construyen la ruta (La empresa vial no era "Autral Construcciones". Estábamos en un territorio bajo el reinado de Das Neves)

Sobre este terreno descubrí que a una velocidad de marcha de 50 kms/h el viento era perfectamente manejable.

De este modo y a ese ritmo pude superar los obstáculos que fueron varios, y en dos horas y media llegué a Río Mayo sano y salvo. Estaba a unos 400 kms del destino final: Esquel.

Lo que vino después fue asfalto con vientos fuertes y bellos paisajes rodeados de montañas con cumbres nevadas, hasta que ingresé a la ciudad de Esquel.


...


Había llegado a la civilización urbanizada, que en la posmodernidad es igual en todos lados, con sus vidrieras y sus luces dicroicas, sus perfumes y su ropas de moda, por lo que, los duendecillos y los pequeños dioses de la embriaguez y el ensueño que generalmente viajan conmigo… decidieron marcharse hasta que volviera otra vez la magia de lo diferente, de lo único, lo distinto, de lo que es eterno como la maldad y la muerte.

Y espero que renazcan en San Juan, quizá en Catamarca, o a lo mejor en Salta y en Jujuy. Pero de lo que sí estoy seguro es que se subirán a mi moto durante todo el trayecto, sentados sobre mis hombros, sobre mi casco, sobre mi tanque de combustible, sobre mis petates…, en países como Bolivia y Perú. Allí los Faunos, Silvanos y Sirenas, pequeños dioses y duendecillos me embriagarán hasta la desmesura. Ya me estoy imaginando sentado bajo los portales construidos en sillar blanco (piedra volcánica, porosa, fácil para trabajarla y moldearla) que rodean la plaza central del Cuzco, bebiéndome un sabrosísimo pisco peruano.

Es ésta y no otra la razón por la cual, ante mi posible silencio futuro, y la curiosidad de Uds por saber de mí, preguntándome: "¡¿Y Luis, por dónde andas. Qué has visto hoy que no tenemos novedades frescas...?!"
...
me limitaré sólo a responderles: Hoy, amigos, no he visto nada...

Y a propósito de esto último transcribo a continuación una anécdota referida a un comentario que O. Wilde le hace a Andrë Gide, en relación con el arte.

"Comprenda Ud. —le dice Wilde a Gide—
que hay dos mundos: el mundo que ES, SIN necesidad de la palabra, llamado también el mundo REAL y el mundo del ARTE del cual SI es necesario hablar, porque sin la palabra no existiría"

Y a continuación Wilde, que era un ameno conversador, le comenta la siguiente anécdota:

"Había una vez un hombrecillo a quién todos amaban en su aldea porque les contaba historias maravillosas.

Cada mañanas salía de su cabaña y al volver al atardecer los trabajadores, cansados de haber trajinado durante todo el día, se agrupaban en torno suyo y le decían:

—¡Vamos, amigo, cuéntanos que has visto hoy!
Y él les contaba:

—He visto en el bosque a un fauno que tañía su flauta y hacía bailar a una ronda de pequeños silvanos.
—Cuéntanos, cuéntanos más…
—le decían. Y éste continuaba:


—Cuando llegué a la orilla del mar vi tres sirenas al borde de las olas que con un peine de oro peinaban sus cabellos verdes.

Y los hombres extasiados lo amaban, lo amaban porque les contaba bellas historias.

Una mañana cuando dejó su aldea como todas las mañanas, al llegar a la orilla del mar, he aquí que vio a las tres sirenas en el borde de las olas que peinaban sus cabellos verdes con un peine de oro.

Y cuando se aproximó al bosque vio también a un fauno que tañía su flauta a una ronda de silvanos...

Ese atardecer, cuando volvió a su aldea como todos los atardeceres y los trabajadores le preguntaron como todas las tardes:



—¡ Vamos, amigo! Cuéntanos que has visto hoy? Él enfáticamente, mirándolos a los ojos y algo entristecido les respondió:
—Hoy, amigos, no he visto nada...


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RIO MAYO ABANDONADO A SU PROPIA SUERTE

Vecinos cansado del abandono de la calles pretenden tomar por asalto las funciones inherentes al poder ejecutivo municipal. Juntarían dinero para el combustible y con el aporte de choferes y empresas repasarían las calles.

La insólita propuesta se echo a rodar con fuerza y prendió en estos tiempos de desidia e inacción. Oyentes de una radio local tiraron la idea y otros colaboraron ante un municipio inerte, falto de acuerdo y gestiones paliativas.
El grado de abandono ya es insostenible. El gobierno municipal al mando de la Intendente Municipal Paola Santos parece correr igual suerte que su antecesor. Una andanada de reclamos llegan cada mañana. A partir de ello se va poco a poco armando la agenda diaria para subsistir. Casi con un sórdido disimulo ni se tocan los proyectos fundacionales del Pro.Ve.Ch. lo que tan fácil era en campaña hacer, hoy es un imposible.


Mientras en el interior del palacio se habla de “equipo de gobierno” y “estamos trabajando a full”, la realidad dista mucho. El equipo no alcanza a cubrir la demanda que tiene una comunidad como Río Mayo y la frase no hace más que dispersar cualquier reclamo urgente.

Poco a poco las grietas se están abriendo y colaboradores ya siente la fatiga y el maltrato. Tal como si fuera un vestido chico, la fallas van reventando y recomponer relaciones lleva más tiempo del esperado. A todo esto Ud. se preguntara ¿Qué tiene que ver con las calles?. Poco y mucho sería la respuesta.

Vamos al meollo. La intendente que casi como una doctrina se instala en su despacho poco mas de las 11:30 de la mañana comienza su rutina atendiendo al entorno. Problemas de la cotidianeidad, quien estuvo con quien, lo viste a…., llámamelo urgente, decile que digo yo que venga!!!. En fin diálogos que entre mates amargos y bizcochitos terminan con lo poco de la mañana.
En un diario trajín y hace más de un año las cosas vienen de esta misma manera. Pelota para allá, pelota para acá. La culpa la tiene Juan, la camioneta se rompió, la maquina no está, el jefe se fue, y con todo esto podríamos estar horas enteras llenas de escusas.

Las calles, epicentro de promesas electorales del Pro.Ve.Ch, un concejal que dio su palabra que no iba bajarse de la maquina hasta ver las calles en optimas condiciones, jamás se pudo subir, o no lo dejaron, porque se habla también de peleas por este temas y el edil habría optado por no ayer de trabajo sus palabras “qué queres si no se deja ayudar” habría dicho en un tono alto para que todos oyeran señalando a su intendente. Y ese “no se deja ayudar” parece reiterada veces expulsadas de boca de lo que la benemérita llama colaboradores.


El invierno que como ya ha sido parte de nuestras crónicas y hasta la tapa diarios regionales llego, trajo aparejado múltiples problemas. Sorprendidos en la inacción el municipio paso casi como si no existiera. La temporada de nieve prácticamente se alejó. Fuertes vientos secaron el “chiquero” y los moldes de algún pie de transeúntes descuidado quedaron a un costado de la calle como reflejo.

En una recorrida rápida y fugas pudimos retratar imágenes del abandono al que referenciamos. Lugares donde la altura del barro parece un barranco. En otros un pozo se transformo en laguna. Más abajo un relleno que tapo hasta la vereda.


Una de la calles más conflictivas hoy es la mitre, a media cuadra del Juzgado de Paz. Tranquilamente una prueba de destreza en manejo de 4x4 tendría el escenario completo. Por citar otro caso, para zafar en el acceso a la localidad sobre la avenida Argentina sembraron piedras de interesante tamaño. Vidrieras abstenerse de permanecer con persianas bajas se recomienda.

Pero si las calles son un abandono, no podemos dejar de ilustrar las plazas. Monumento a la desertificación. El viento, falta de mantenimiento, riego, siembra y alguien que las cuide permanentemente, han dejado en un panorama desolador el lugar de encuentros de chicos y grandes. Sus alrededores llenos de hojas, ramas, bolsa, papeles, pañales y un combo de impacto ambiental.


Dar la espalda a la integración parece un objetivo. El playón deportivo ubicado en el corazón del barrio 50 viviendas esta sin arcos. Bueno por así decirlo, tiene arcos con piedra bocha que abunda en los alrededores. Los arcos que debieran estar ahí, están en un taller. Chicos con muy buen voluntad lo llevaron a reparar y desde el municipio se comprometieron a pagar el arreglo de soldadura. jamás lo retiraron.

Hablar de abandono seria largo, pero de ello nos ocuparemos. Casi de manera periódica contaremos a nuestros lectores y a quienes rodean la computadora en el municipio, cuáles han sido sus promesa ilusas. Pero también serán materia de análisis las ordenanzas que tanto el ejecutivo y el legislativo no cumplen. El primero por inacción y el siguiente por omisión.