Diario del Corredor festejó sus cuatro años. En su editorial del mes de febrero realizo un pormenorizado repaso de su joven trayectoria.
Llega febrero, las vacaciones tienen su segundo mes de intensidad en un verano alterado por la campaña política y nosotros festejamos otro año de vida. Diario del Corredor cumple cuatro años este mes y por eso queremos brindar con ustedes, nuestros lectores.
Queremos fortalecer esta prolongada pero gratificante etapa de pelear por un lugar en la región, ganarnos un espacio a la hora de la lectura, de la información y, por qué no, del entretenimiento y del aprendizaje en cada uno de sus hogares.
Esos hogares que tiempo atrás nos abrieron sus puertas para que nosotros podamos mostrar nuestro producto periodístico, ese que hoy como en aquellos tiempos busca reflejar lo que pasa en estas latitudes, lo que nos pasa a nosotros. Lo que no es poco y nos alegra poder hacerlo con virtudes y defectos.
Hemos estado en fiestas regionales, en ferias del libro, auspiciamos eventos deportivos como el regreso de las Camionetas 4x2 cuando pocos creían que ese espectáculo propio de una ciudad no iba a poder recuperar su espacio tan bien ganado en el mundo del deporte motor de la provincia.
También dimos una mano en la vigente Liga de Fútbol de los Pueblos que, orgullosos de esta decisión, su copa Challenguer lleva el nombre de Diario del Corredor.
Acompañamos elecciones de reinas, premiamos a chicos y grandes cuando pudimos, pero lo más importante es que siempre estuvimos. Nos propusimos estar en aquellos lugares o espacios donde el resto de los medios de comunicación gráficos tradicionales no llegan con periodicidad. Tomamos la posta de informar hechos grandes o pequeños, pero que alegraron, entristecieron, sorprendieron o asombraron a familias enteras de nuestras ciudades de cabecera.
Hoy llegamos todos los meses a Esquel, Trevelín, Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Camarones, pero nunca nos olvidamos que nacimos sorprendidos gratamente por lo que significan como región localidades como Sarmiento, Rio Mayo, Río Senguer, Facundo, Lago Blanco, Ricardo Rojas y Aldea Apeleg. Con esa idea llegamos y con ese desafío crecimos.
