martes, 12 de mayo de 2015

Condenan a un hombre que cruzaba a pie el límite con Chile con 6 kilos de droga

Es un albañil chileno que fue detenido en plena montaña. Su cómplice está prófugo. El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia lo condenó a cuatro años y seis meses de prisión.
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a cuatro años y seis meses de prisión a Daniel Alejandro Soto Osorio, un albañil chileno que intentó contrabandear droga cruzando a pie la frontera entre Argentina y Chile.

El sujeto fue detectado por Gendarmería con más de 6 kilos de marihuana, suficientes para armar 12.600 porros. Lo acompañaba un connacional, Leandro Fabián Zapata Vargas. Osorio es originario de Coyhaique pero está preso en la Unidad 14 del Servicio Penitenciario Federal de Esquel.

El Escuadrón 38 “Río Mayo” de Gendarmería frustró el contrabando el 21 de noviembre de 2013. Varios puesteros de estancias cerca de la Sección Hito 45 habían advertido sobre extraños dentro de esos campos, transitando con dirección a Chile, trasladando bultos y mochilas sospechosos y evadiendo todo tipo de control fronterizo. Con este dato, la Justicia Federal de Comodoro Rivadavia dispuso patrullas a pie y montadas de “Hito 45” y del grupo “El Triana”.

Esa tarde de noviembre vieron al dúo en plena caminata en el interior de la estancia “El Triángulo”, departamento Senguer, muy cerca de la frontera. El puestero alertó y orientó a los gendarmes. Osorio y Zapata caminaban sobre la parte superior de la montaña, que da a la parte trasera de la estancia.

Se perdían de vista pero los gendarmes –a caballo y a pie- lograron rodearlos. Los tuvieron a 20 metros y les dieron la voz de alto. El dúo desobedeció y corrieron mucho y veloces, hasta que el cansancio de la montaña los venció. Los atraparon muy cerca de la frontera. Se tiraron en el piso tras veinte minutos de persecución.

Con una campera de gimnasia azul, de mangas atadas y nudos en los extremos, habían armado un bolso que Zapata llevaba en la espalda. Dentro, una bolsa de consorcio negra con siete paquetes de marihuana compactada.

Ambos estaban en silencio, sin contestar las preguntas, indocumentados y sin papeles de legal ingreso al país. El cónsul chileno Eduardo Chihuailaf Sepúlveda confirmaría luego sus identidades.

Según un gendarme, el pueblo de Chile más cercano es Coyhaique alto. Por la estancia el camino era más corto y sin control. Si hubiesen usado los pasos habilitados habrían debido pasar por Gendarmería, donde se revisan las bolsas.

“Alguien joven puede transitar a pie desde Coyhaique alto hasta Aldea Beleiro, se puede ir y volver en el mismo día por un paso no habilitado”, dijo un testigo. La estancia está en el medio, entre el Hito 45 y el Paso del Triana. “En Coyhaique alto sólo vive la gente que trabaja allí, y la ciudad desde el puesto fronterizo está a 60 kilómetros. Cualquier poblador puede llegar en colectivo a Coyhaique alto”.

En su defensa, Osorio dijo que nunca había visto los paquetes con droga y que acompañaba a Zapata a la casa de un tío. No sabía que iba a buscar drogas. Estaban en Chile. Empezaron a caminar por el campo, Zapata le dijo que lo espere en el campo, vino con un bolso y luego pasó todo.

La casa donde fueron estaba del lado argentino pero él no sabía que habían pasado la frontera. Salieron de Coyhaique alto caminando, fueron a la casa del tío en un pueblito cerca de la frontera y allí su amigo fue a comprar cigarros.

No sabía que estaba en Argentina. Cuando lo atrapó Gendarmería se dio cuenta. “No fumaba marihuana ni cocaína, tomaba alcohol nomás”, advirtió. Aseguró que cuando Gendarmería le dio la voz de alto, Zapata le dijo que corran. “Y corrió porque se asustó, que si en Chile un carabinero le da la voz de alto no corre”.

Según la causa, Osorio poseería un pedido de captura en Chile por “robo en lugar no habitado”. Su pericia psicológica-psiquiátrica habló de “personalidad inmadura” y un “caudal de agresividad latente pero bien manejado”. No es drogadicto.

Según los jueces Nora Cabrera de Monella, Pedro de Diego y Enrique Guanziroli, “es evidente que la conducta estaba orientada a la exportación de las sustancias incautadas, desde nuestro país hacia Chile, por un lugar no habilitado y con el claro propósito de sustraerla al control del servicio aduanero”. La droga estaba acondicionada en “ladrillos” y este dato “permite deducir los fines de comercialización a que estaba destinada”.

Entre el lugar del hecho y el paso internacional habilitado de la Sección Hito 45 de Gendarmería hay una distancia de 10 kilómetros; entre el lugar y el paso internacional “El Triana”, 5 kilómetros, y entre el lugar y el límite internacional por un paso no habilitado hay 150 metros.

“Es muy fácil deducir que esa y no otra era la intención que guiaba a esos dos jóvenes, que sin permiso y sin control habían ingresado a territorio nacional y buscaban salir por un paso no habilitado, cuando fueron sorprendidos y apresados con la vil mercancía que cargaban”.

En cuanto a las excusas de Osorio, “las condiciones topográficas, las características de las localidades como el acento y vocabulario de sus habitantes, son diferentes de uno y otro lado de la frontera como para pretender que se le crea que no sabía que la había cruzado y se hallaba en otro país”.

El sujeto “no es un ignorante ni un disminuido en sus facultades mentales; por el contrario es un joven capaz de realizar ese recorrido de ida y vuelta en el día turnándose con su connacional en cargar los más de 6 kilos de estupefacientes”.

(Foto: Diario Patagónico)