sábado, 6 de junio de 2015

MADRE DE JOVEN FALLECIDO EN ACCIDENTE DENUNCIA NEGLIGENCIA DEL HOSPITAL REGIONAL

También acusa a los propietarios de un bar de no cumplir con el horario legal de funcionamiento. "Hoy le pasó a mi hijo, mañana le puede pasar a cualquier otro"
Edgardo Mansilla murió internado cinco días después de protagonizar un accidente de tránsito en el “Puente Abait” sobre Ruta 26 a unos 15 kmts. de Sarmiento, junto con dos amigos quienes aún permanecen en estado reservado en el nosocomio público de Comodoro Rivadavia.
El sábado 23 de mayo, alrededor de las 12 del mediodía, Edgardo Mansilla (24), se desplazaba junto con dos acompañantes –uno de ellos, menor de edad- a bordo de un Chevrolet Astra.
Al menos dos de los tripulantes del vehículo habrían salido de un bar de Sarmiento situado a pocos metros de esa ruta.
Presumen que los tres jóvenes se encontraban en avanzado estado de ebriedad cuando decidieron emprender viaje a Río Mayo en dirección oeste por la Ruta Nacional 26 y el conductor del rodado se habría quedado dormido, mordiendo la banquina, derrapando y dando varios tumbos hasta quedar desplomado varios metros a la vera de la cinta asfáltica a unos 20 metros del Puente “Abait”.
Ante el alerta a la policía de los transeúntes, en el sitio se presentó la ambulancia del Hospital Rural para trasladar a los tres individuos al nosocomio de esa localidad para ser asistidos y, posteriormente, al considerar los facultativos la gravedad de las lesiones de los tres, fueron derivados al Hospital Regional. El 28 de mayo, Mansilla falleció después de haber sido intervenido quirúrgicamente.
Edgardo Mansilla, era un joven jinete de renombre de “la ciudad de los lagos” al igual que su padre Juan y en la actualidad se desempeñaba como empleado en una empresa petrolera.
Según el relato de la madre, María Liempys, “mi hijo se nos fue hace una semana, pero tengo bronca porque cuando Edgardo tuvo el accidente pasa un muchacho de Río Mayo que lo encuentra; Edgardo lo conocía, le pedía ayuda… Edgardo todavía hablaba tirado en el piso… en ningún momento se olvidó que estaba en su auto… le pide al Sr. Mércuri ayuda diciendole que se habían quedado dormidos… Mércuri le llamó la ambulancia. Mércuri venía atrás, lo vio volar del Astra y vio cómo golpeaba su cabeza contra el suelo… llama a la policía y a los bomberos… Le colocan un cuello ortopédico… Mércuri pidió que lo derivaran a Comodoro… En el Hospital de Sarmiento nadie lo conocía. Yo me vengo a enterar una hora después cuando ya lo llevaban a Comodoro. Yo salgo atrás de él con un auto particular. Edgardo llega media hora antes que yo. Le hacen una tomografía y los médicos del Regional decían que no era nada grave. Lo pusieron en una sala común; él dormía en la camilla con suero y las manos atadas. Al rato se levantaba y pegaba un golpe y se volvía a dormir, estaba todo golpeado y no hablaba. Estuvo todo el tiempo con nosotros y no nos hablaba. Se le subía la presión y yo llamaba a las enfermeras… ellas no querían atenderlo porque decían que estaba muy alcoholizado. Pasaban los días y él seguía durmiendo sin reaccionar… Movía una sola pierna… hablé con una enfermera de la guardia quien me dijo que era la supervisora para pedirle ayuda. Ya habían pasado muchas horas. No abría los ojos. Le vuelven a hacer otra tomografía y le descubren un derrame cerebral y se necesitaba urgentemente operarlo. Resulta que llaman al Dr. López (neurocirujano), y me dice que no tenían camas y que si lo operaban lo tenían que sacar de acá y es peligroso. El mismo personal del Regional empezó a llamar a las clínicas a ver si había camas y tampoco tenían camas. Después lo querían mandar a Trelew, a Caleta o a Buenos Aires… Llamaron a Buenos Aires, llamaron a De la Sota (médico) quien contestó que como Edgardo tenía obra social no podían hacer el traslado. Así estuvo él desde las 10 hasta las 15 hs.. Le agarran convulsiones y ahí deciden operarlo. Le rogamos todos al ministro de salud que gestionara una cama. Nadie nos daba una ayuda. A lo último le colocaron una malla y un catéter y terminó falleciendo. La hinchazón de la cabeza no le bajaba, siguió sin despertar y terminó falleciendo el miércoles 28 falleció.”
En el desgarrador relato y con lágrimas, Liempys manifiesta que “nosotros somos gente de campo, no entendemos de medicina, quisiera que esto lo lean las autoridades del Ministerio de Salud… pero si a mi hijo lo hubieran operado a tiempo lo hubiesen salvado…El Sr. Mércuri avisó a los médicos de Sarmiento que Edgardo era el más afectado, que llevaba un golpe muy fuerte en la cabeza y que necesitaba una atención más exhaustiva que los otros. Simplemente quiero que los padres que llevan a sus hijos al Regional… que estén seguros de lo que van a hacer… La Dra. Acho le golpeaba el pecho a Edgardo cuando él no podía ni hablar y le pedía que se levantara… El estaba inconsciente… Le dije a la Dra. que me iba a matar a mi hijo… En la segunda tomografía le sale el derrame cerebral…”
Liempys denuncia que el bar del que salieron los jóvenes no cumple con los horarios de apertura y cierre
“Yo sé que él salió de del (ex “Bar El Fortín) bar “Ahonikenk”… que los dueños se pongan la mano en el corazón y trabajen en horario normal… se matan a palos ahí dentro… entran y salen de ese lugar a cualquier hora… hoy le tocó a mi hijo, mañana le pude pasar a cualquiera”.