sábado, 4 de julio de 2015

Encuentran muerto a un payador en Sarmiento

El jueves a la tarde Lucio Arriola cayó por un barranco en el cerro San Bernardo, a unos 30 kilómetros de Sarmiento. Acababa de cazar un puma junto a dos baqueanos. En un momento dado, el payador desapareció entre las bardas y su perro llegó herido. La búsqueda de la Policía Rural y de sus amigos culminó cuando lo encontraron sin vida ayer a la madrugada.
"Aquí me tiene cantando /en mi patria verdadera /sobre el puente de madera/ Sarmiento estoy presentando/ con la guitarra donde ando les voy atento/ le sonará como un cuento/ en donde siempre troveo/ qué saben del museo y a Sarmiento represento/ las plazas, sus monumentos, el bosque petrificado, tiene sus lagos sagrados/ más si usted lo escucha atento/ la Patagonia y el viento nos trae/ el sentir que hoy apoyo". Así payaba Lucio Arriola en una grabación para un programa nacional de fomento del turismo.

El jueves a la tarde había salido a cazar a caballo junto a dos baqueanos amigos, conocedores de la zona. Se perdió entre las bardas, a unos 30 kilómetros de Sarmiento, sobre el Cerro San Bernardo.

De acuerdo a las fuentes consultadas, Arriola desapareció cuando con los dos hombres acababan de cazar un puma. Los amigos se colocaban para la foto. Mientras, Arriola bajaba a pie por un barranco y de repente no supieron más de él.

A las 19, su perro apareció herido. De esa manera, se alertó a la policía de Sarmiento y a Defensa Civil que comenzaron la búsqueda del payador.

El Regimiento de Infantería 25 del Ejército envió un camión para la búsqueda que finalmente culminó con el peor de los resultados sobre las 3:30 de ayer. Arriola fue encontrado sin vida, todo hacía suponer a los rescatistas que se había caído por el barranco.

Sin embargo, para esclarecer los motivos de la muerte trabajó en el lugar la funcionaria de Fiscalía, Marisol Sandoval. Ahora resta conocer otros resultados, entre ellos los de la autopsia.

La comunidad de Sarmiento ayer a la mañana se desayunó con la triste noticia de la muerte de Arriola, un hombre querido por la comunidad que siempre andaba acompañado de su guitarra, su perro y su caballo.

Había despuntado el vicio de las cuerdas en toda la Patagonia argentina y chilena, en cada festival que lo invitaban para trovar.

"Sobre este verbo mayor, que he de cantar si se puede, la guitarra me conmueve largando un verso al camino", cantó alguna vez.
fuente: diario el Patagonico.